miércoles, 2 de marzo de 2016

Algunos escritos y publicaciones


Comunicar vivencias y sugerirlas es hermoso. Uno nunca debería limitar las diferentes formas que tenemos de hacerlo. En esta entrega les comparto algunas piezas escritas por mí en el pasado.


VOS Y EL PIRATA CAPITAN MORGAN

Cada cuento, cada historia, cada vida que se queda en la memoria por ya no tener cuerpo en este mundo, se transforma en algo indescriptible que solo se puede sentir cuando la brisa del lago de Maracaibo quiere y nos empuja a imaginar... 
Es un no se que de lamentos y barullos, de fiestas y entierros que como fantasmas del pasado nos visitan rehusándose a descansar en paz  o como si la paz no fuese con ellos.

¿Y quien los ha de culpar…? La paz es para la nada y todos queremos conservar nuestro algo aunque los agnósticos se empeñen en saboteárnoslo hasta cuando viene en forma de ilusión. 

Si fuese un espanto me ofendería si me llamasen así pero me quedaría en Maracaibo porque me gustaría salir de noche ya que como este calorcito nuestro no hay igual a estas horas.
Visitaría a los míos en el cementerio el Cuadrado y si alcanza la paseada trataría de llegarme hasta el Redondo ya que parece que algún Chino Feng Shuista se nos coleó en la planificación de nuestras últimas moradas y obviamente habrá que visitarles a los dos o se nos friega el Chi.

En fin, con tanto cuento echado que rueda impunemente por estas tierras,  no es de extrañar que aquí en Maracaibo haya más leyendas urbanas que petróleo, mezcladas con la historia verdadera y ya no se sabe cual es cual. Como la del pirata Morgan llegando a tocar tierra Venezolana en las playas de la Virginia. ¿Por qué no? Los guardias del San Carlos también tenían derecho de ir al baño. En fin, un día cuando vengan por la avenida el Milagro échenle una mirada al cerro con esa incógnita en la curiosidad a ver si se las responde. A mí se me dijo que sí, pero tengo la sospecha que el cerro cambia su respuesta dependiendo de la persona. No creo que a todos les tenga la misma confianza…

Piratas en Maracaibo, ¿Se imaginan la cara de los nuestros al ver de buenas a primeras un barco pirata cursando el lago? ¿Como lo habrán interpretado en su cultura? Con un poco de humor como el ultimo palafito de la moda, flotando del agua y hasta con secadora de sabanas y todo? ¿Y el barbas? ¿Habrá descifrado el relámpago del Catatumbo o por el contrario, acaso su tripulación se habrá cansado de hacer preparativos para una tormenta que nunca venia?… Capaz y alguno se harto y se subordino de tanto sube y baja, aprieta y suelta, o sea lo que sea que se les manda a hacer a los piratas marineros en esas situaciones. Siempre hay uno. Capaz y le hicieron caminar por la tabla al infeliz... 

Por cierto, también se dice que por esa zona habían restos de piratas enterrados... eso explicaría unas cuantas cosas. Yo se de una niña a quien en el medio de la noche le jalaron los tobillos en su cama y al abrir los ojos no hallo a nadie…

Esto último se lo pueden tomar literalmente porque así mismo pasó. Lo juro por estos tobillos que se han de comer los gusanos cuando llegue la hora de inscribirme en el panteón. Un buen viernes día de los muertos preferiblemente.


¡SI GANAMOS!

Podría llamar recóndito a este barrio lleno de tierra y pobreza llamado Villa Baralt en el Este de Maracaibo. Es un monte urbanizado en donde sus pobladores caminan viendo a los escasos choferes de chatarras por puesto esquivar cautelosamente huecos, rocas, chivos, vacas, perros callejeros y niños al pasar. La gente manifiesta su calidez entre gestos y solidaridad e intromisiones y en la tiendita del fondo el Sr. Leocadio salva muchas horas de almuerzo que sin la opción de pedir fiao quien sabe como terminarían.

Puede que el destino me trajo solo para escribir historias, puede ser... pero indiferentemente por la ventana principal en donde estoy veo en el terreno del frente un solitario y alto árbol muerto, seco y sin hojas que todavía erguido yace con ramas cual brazos extendidos apelándole al tiempo para que revoque su sentencia de olvido.
La promesa ha encontrado su camino hasta aquí y están construyendo una escuela que junto con un centro de atención medica atiende las necesidades más fundamentales de quienes no tienen otros recursos en la villa.

La seguridad es otra necesidad, de hecho La más inmediata de todas porque no es raro escuchar detonaciones en la noche y mojar en el cafecito mañanero las noticias de asalto, robos y crímenes pasionales que un grupo de valientes jóvenes auto proclamados patrulleros tratan de controlar en bicicleta armados apenas con un chuzo y un silbato.

Fue en medio de tanta carencia que me cruce una tarde con una pelota inflada con futuro y ensueño. La vi venir y mi amor por ella se bajo hasta mi pie el cual la beso sin titubear pasándola por encima de las cabecitas de mis dos pequeños momentáneos contrincantes logrando hacer lo que los entendidos de la materia llaman un sombrero. Se miraron las caritas sonriendo sorprendidos de que una extraña y adulta también compartiera su afecto por la pelota entre pelotas que cautiva al mundo. Eran tres chiquitos como de siete años de promedio, una niña y dos varoncitos con chorcitos y franelas sucias que descalzos jugaban en medio de la calle. No nos dijimos nada solo nos hablamos sonrisas y al recibir de mí la pelota se dispusieron a continuar. Me los lleve en los ojos, confieso. Sobre todo a la nenita con sus pies en la tierra estrechando la pelota por aquello de que la ignorancia es experta en alejar a los niños de deportes de contacto empujándolas a cambio a juegos que recreen los oficios del hogar o estimulen la vanidad.
Por ahora su amigo es el fútbol que no es ignorante, es el deporte más accesible en todas partes por requerir solo de imaginación en el peor de los casos.

Maradona cuenta de haber jugado con pelotas hechas de trapo por ser de origen muy pobre en su infancia e independientemente de las sombras asociadas a esta figura hoy, ese hecho pone en su justa dimensión a los obstáculos cuando se enfrentan ante la determinación humana. 

*Años después de escrita esta pieza el fútbol femenino Venezolano alcanzaría respeto y reconocimiento mundial.


SI LOS ANGELES LEEN

Con oro suyo al sur de los pies, Monche se dispone a ir a trabajar como todas las mañanas. Lo que hace no requiere de corbata, o uniforme pero sí de un traje especial invisible que viene con guantes y botas para no sentir asco ni grima y con una placa para el pecho de tres capas que mucho ayuda a resistir en momentos de debilidades. El traje es imprescindible, sin éste no daría pié con bola haciendo lo que le queda por hacer y no podría  renunciar a todas las herencias a las que tiene derecho en este planeta por el solo hecho de haber nacido humano. 

Ya llega al Relleno, a donde va a parar toda la basura y sede de sus labores en Maracaibo. Otros compañeros de trabajo también se aprestan a marcar tarjeta cuan mas temprano mejor, compitiendo entre sí para ganarse los bonos que les depare el día.

Daniel, un novato reportero de un periódico local a quien le bautizaron con una asignación por allá llega una hora mas tarde con una cámara al hombro y grabadora digital de bolsillo pero sin traje especial invisible, cosa que como veremos le hará mucha falta.

Al llegar ve a Monche en la cumbre de las podredumbres y tragando fuerte se enrumba por donde puede a alcanzarle para hacerle conversación y ganarse sus confidencias.
Con cada paso sus zapatos New Balance se hundían en las bolsas resbaladizas y no se podía dejar de caer, embarrándose con Dios sabe qué hasta en la cara. Guapeó y siguió porque lo mandaba el deber pero pronto llego el momento que le vencería la abrumadora miseria hasta que los oídos le zumbaron, y todo se le puso negro.

De pronto sintió una mano fuerte que le tomó por la franela impidiéndole rodar una estrepitosa -y mas aún, peligrosa caída, puesto que había vidrios partidos por doquier como si fuesen los jardines del mismo infierno.
"Te agarré de vaina…", se dijo Monche, quedito como si se estuviera hablando a sí mismo. Lo sentó en una bolsa grande y aguada pero relativamente limpia y esperó a que se repusiera sin quitarle los ojos de encima.

Una brisa de misericordia sopló y ayudó a Daniel a pararse por sí mismo. "Gracias, mano…", exhaló con desahogo. Entonces por primera vez alzó la mirada para conocer a su bienhechor quien le observaba con detalle y cuando los dos se tenían en los ojos Monche reaccionó y enojado con sana motivación le dijo, "No te podéis subir por ahí, ¿vos estáis loco?". "Es que te quería alcanzar…", le dice el reportero todavía algo afectado. "¿A mi…?, ¿Por qué?, Le replicó con desconfianza temiendo verse entre rejas por unas cuantas razones pendientes. "Yo soy reportero de La Guarandinga y vengo a tomar datos para escribir un artículo", le respondió. No viendo mucho cambio en su expresión prosiguió a tentarlo aunque tomando en cuenta los vicios a los que se recurren para aliviarse la vida en estas circunstancias no le habló de dinero sino que le prometió regresar al día siguiente con pan francés, jamón, queso y refrescos si colaboraba con él.

Se le pusieron los ojos inmensos, como dos huevos fritos y accedió inmediatamente con una sonrisa simple y feliz como la tenemos en los primeros años, mostrando sin reparo la pobreza sufrida por tanto tiempo a través de cada diente caído. Le dijo en buen acento Maracucho, "¡A bueno, dale pues! Pero no me toméis fotos ni pongáis mi nombre". "No te preocupéis", le aseguró Daniel, aliviado. Dándole una palmada en la espalda y hablándole de igual a igual como le dictaba su corazón.

Con tanta conmoción estaban acercándose unos cuantos quienes como Monche, escudriñaban entre la rancia suerte día a día para subsistir. Daniel les pidió que participaran ellos también prometiendo llevar comida para todos. Monche le quedó mirando como si algo amenazase su parte pero Daniel añadió, "Habrá suficiente para todos los que ayuden", y todos accedieron con gusto.

El estaba deseoso de bajarse y pisar tierra firme así que les dijo que le siguieran a donde tenía la camioneta de la compañía en la cual había venido. En eso llega Quike, su fotógrafo y compañero de asignación ofreciendo mil razones por haberse retrasado cuando de buenas a primeras se calla y observándolo de pies a cabeza le dice, "Cargo el carro de mi suegra, a la vuelta lo manejáis vos". 

En momentos hacen un círculo y empiezan a echar cuanto cuento creen que pueda interesar. Daniel está ansioso de saber si la gobernación o la alcaldía han pasado por allí últimamente y cuando fue la última vez que algún medio de comunicación hizo acto de presencia. Hablaron por horas hasta que el sol puso rojas las mejillas de los reporteros. Quike tomó fotos del lugar y de algunos que no temían ser fotografiados, Daniel grabó sus testimonios y tomaron notas hasta que consideró que tenía el artículo y se empezó a preparar para irse. Le insistieron hasta que tuvo que concentrarse en su paciencia repitiéndole continuamente que lo esperarían mañana para que cumpliera su promesa y les tuvo que asegurar una y mil veces que mantendría su palabra.

Al día siguiente, Daniel no consiguió jamón en la panadería más cercana pero consiguió salami y compró pan, salami, queso, atún, mayonesa y refrescos calculando cuatro panes para cada uno. Llegó con Quike a casi las once de la mañana pero al llegar se encontró que el grupo se había agrandado porque varios habían traído a sus hijos.

Se sentaron a la sombra de una mata de mamón a la que no le quedaba ninguno y Daniel y Quike prepararon los sándwiches sirviéndoles comida y refrigerios en un ambiente de fiesta por estar a punto de compartir lo que a muchos a los que nunca les ha faltado nada le molestaría almorzar si les tocase aunque fuese gratis.

Monche, quien estaba que no cabía en sí, nunca había probado el atún y les dejó saber a todos lo bueno que le parecía. ¡No he comido nada desde ayer pensando que ibas a venir vos! Le dijo con entusiasmo a Daniel.

Quike se aclaró la garganta cuando uno de los niños, una niña de hecho, como de ocho años, sacándole el salami al sándwich le dice a su padre asombrada y con la boca llena, "¡Ve papi, no sabe mal!, haciendo obvia referencia al estado en el que suelen estar los alimentos cuando llegan a su boca.

Todos comían y tomaban menos uno teniendo el plato lleno frente a sí y Daniel se le acerca preguntándole por que no lo hacía. Le decían El Chino y respondió que él estaba bien, dejando puntos suspensivos en el aire. Daniel insistió consiguiendo que le dijera que no había encontrado a su muchacho para traerlo y que se lo iba a guardar a él. Daniel no lo podía permitir y le dio su porción animándole a que comiera. El chino lo miró a los ojos y le dijo, ¿Vos vais a volver?". "Sí… comé, que tenéis el estómago vacío…" Le dijo Daniel con una sonrisa que no se le quería quedar en la cara. Y así fue que pasaron, él había cumplido su palabra. Al final cuando se venia se despidió de ellos por fuera pero no lo pudo hacer por dentro y adentro de sí se los llevó.

En la noche siguiente, Daniel, con su periódico en mano, rogó a los ángeles que lo leyesen.... porque para él ya por siempre ni la comida ni la basura serán vistas igual. En este mundo de vendas de plástico nos apuran a pasar por la vida sin tiempo para compasiones mientras barren a los caídos bajo la alfombra para que no se vea mal.
Daniel con su artículo en mano se pregunta ¿Los ángeles leen, verdad? ¿Y Ud... cree que los ángeles leen? ¿O sabe en donde venden trajes especiales invisibles?


TODA LA VIDA

¿Será que venimos de algún lugar mas coherente y antes de saltar a este mundo por este remolino que tantos llaman vida hacemos uno solo de dos corazones y nos grabamos para siempre como se siente la emoción de su mirada, como nos entibia la presencia de su alma que tanto nos calma en este valle de tropiezos...?

¿Es alivio lo que sentimos cuando oímos que le decimos por dentro las palabras "Eres tú…", y será agonía lo que sentimos como si el cielo en dos se partiera, al no encontrarnos en sus brazos sin el consuelo de una certera promesa?

Es que sí los hay, amores que duran toda la vida  y amores que se procuran hasta encontrarse como la historia de esta católica y este judío que de mozos se encontraron para amarse y que luego un viento implacable ordeno separar pero ni un huracán les haría olvidarse de que el uno tenía en el otro su hogar. 

Porque se vieron, se escucharon, se sintieron, a fuego de labio se grabaron que sí nacieron y que no existe el alma que les pudiese reemplazar.

No es raro que cuando se habla de ellos se caiga en verso pero esta historia esta viva y ella misma se cuenta sola por medio de mis dedos así que leeremos lo que leeremos…

Pasó en el Maracaibo de los cincuenta, sumiso y prejuicioso, respetuoso de las normas que los mayores inculcaban. Visto desde arriba, Fina y Leopoldo eran sólo dos muchachos viviendo un sentimiento al cual tenían derecho, pero desde aquí… por razones que aún se repiten, hay mucho ser humano que se ofende con la felicidad ajena y encallecidos de dogmas se rehúsan a cederle paso al amor si éste osa ser diferente. 
A esto se le suma la iglesia, la sinagoga, los padres de uno, los padres del otro, el ajuar esperando por ser bordado con un católico en mente y nada, tal les parecía a los enamorados que hasta el perro y el gato tenían mas peso que ellos en la suerte que correrían sus esperanzas.

Aciago fue el día que a ella la muerte le arrebató a su padre puesto que el destino les echó arena en los ojos cuando en su lecho de muerte el último deseo fue "Júrame que no te casaras con él…". Hay muchos momentos que el amor a un padre todo lo puede y en su desolación Fina dijo amén.
Leopoldo, en balde joven, enamorado, dispuesto y fuerte. Atónito ante la vida y lo cruel que puede parecer amargamente le dijo a su amada, "Tú te casarás con un católico y yo con una judía". Preguntándose una y mil veces, "¿Es que hay algo que yo pueda hacer?"
"Vive…" Dijo la vida  y el tiempo pasó.

Los dos se graduaron, se casaron, y con otras almas cumplieron destinos sublimes pues hicieron sus niños. Lo mejor de sí dieron pero de cuando en cuando una pregunta se les enfrentaba, "¿En que piensas?", a la que ellos con media sonrisa contestaban, "En nada… en nada…". 

Más tiempo pasó y las estructuras de unión cayeron por su propio peso. Ambos se divorciaron aunque mucho quisieron y les quisieron. El divorcio les trajo paz y soledad al mismo tiempo. Pero ya maduros esta segunda soltería, estaba escrito, sería de ellos…

Una buena tarde en Caracas una amiga le dice a Fina lo que jamás habría sospechado oír, "¿Adivina quien me preguntó por ti?". "No se… quien…? Respondió, distraída en su polvera.
"Tu ex novio de muchacha, Leopoldo". La mirada se le trancó en el vacío. Fina, inconscientemente viajo al tiempo de sus amores viejos tan sentidamente renunciados y la sorprendió el notar una manera nueva de sentir la anticipación a su encuentro.

La idea de ver a Leopoldo resonó en todas las moradas de su templo de mujer pero ahora el templo se había agrandado y también era mas fuerte, era el de una mujer quien a través del sacrificio había aprendido a reclamarse a sí misma.
¿Lo verías? Le pregunto su amiga. Todo le daba vueltas, un cariño… una incógnita... un cariño… 

Sí! Claro que sintió quererlo ver.

El mensaje fue entregado y se hablaron. Acordaron verse para cenar y que les puedo decir... la cena lleva ya más de veinte años.

Ahora, si alguno le pregunta a Leopoldo cuanto más ha de durar de seguro dirá como Florentino Ariza, a quien creo que recordarán, ¡Toda la vida, Carajo!, ni un día menos ni un día más.

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lunes, 22 de febrero de 2016

Lo Que Representa la Venida del Papa Francisco en Caso de Venir a Venezuela

La posibilidad de venida del Papa Francisco en medio de la abrumadora crisis Venezolana sin duda alguna es algo que ilusiona a los fieles de la religión católica, la más antigua y arraigada religión en nuestro país y supone una oportunidad de reinicio psico-emocional social sin paralelo para obtener la gran enmienda nacional que urge propiciar lo antes posible.

No es la llegada de un acto para observar, al contrario, para que funcione, el Venezolano debe concebirse como artífice de su realidad ya que se depende de lograr el número mayoritario de ciudadanos que se escojan a sí mismos participativamente para cambiar.

Para lograr el cambio, se necesita que cualquiera que fuere nuestra posición política, nuestras acciones sean administradas por una escala de virtudes que generan sociedades más vivibles que las que estamos experimentando en Venezuela. Virtudes que se han confundido trágicamente con valores arcaicos y cuya ausencia genera el sórdido caos que ha desaparecido a nuestro país.

En medio de este cultivo de pensamientos, vibraciones y energías  -verdaderos orígenes de lo que evidencia la devastación que sufre la nación, hay quienes ensombrecidos interpretan la venida de Francisco como una idea ilusa, viendo en ello acaso la fórmula para un trillado show mediático, sin poder discernir el elemento con el cual el Papa podría, por ejemplo, afectar tal flagelo como la corrupción,
pues su función y su especial interpretación de Papado le da méritos para facilitar una contrición nacional en donde empezar de nuevo y ahí sí, reconstruirnos. Este es un punto muy particular a definirse en terreno privado y personal, y es controlado por áreas intimas a las que solo le damos acceso a muy pocos, o inclusive a nadie mortal.

Pero las acciones de este Papa para representar a Jesús desde que se le conoce, han renovado la fe, y cuando Venezuela más lo necesita, Francisco es un Papa Suramericano, ya involucrado en iniciativas de acercamiento entre los polos políticos enfrentados en la región, lo cual lo perfila en su función cultural-espiritual como la única figura de talla mundial que puede servirnos de preparador para un importante encuentro interno y externo, tan trascendental como nos lo permitamos.

Es así como el Papa es alguien que calificadamente puede ofrecerle a nuestro pueblo una luz real en momentos en que además, desde otras áreas convulsionadas de la sociedad como la política, se han adjudicado ser fuente equivalente de guía y sustento espiritual, lo cual ha confundido y establecido otros parámetros morales, lejanos y hasta contrarios al camino marcado por Jesús de Nazaret para nosotros.

Si bien es cierto que ninguna figura religiosa es la aceptada por todos en unanimidad, esta es la visita con más potencial catalizador existente y es necesaria la participación de todos para lograr su venida a nuestra tierra.

Venezolano, haz click en el vinculo de la Cancion El Amor Mas Grande del Universo y apoya la canción para traer al Papa Francisco a Venezuela este 2016:

Pagina para apoyar la iniciativa en Facebook.